Ya sabéis que soy bastante friki-mística.
Por eso, cuando una amiga me contó que había empezado a ir a Reiki (poco antes de que nos confinaran) a que le desbloquearan los chakras, y que había tenido regresiones a vidas pasadas y cosas así… Me pareció una cosa tan friki que no podía dejar de probarlo.
Así que en cuanto hemos podido volver a salir del confinamiento, pedí cita y fuimos ella, yo… Y otra tercera amiga que también quería probar.
Nosotras dos no tuvimos regresiones, ni viajes astrales ni nada parecido… Peeero sí que notamos un montón de cosas.
En mi caso, lo más inmediato fue que durante una semana no he tenido ganas de hablar ni de escuchar absolutamente a nadie (en gran parte, por eso he estado desaparecida). Yo que siempre tengo puesta la tele o música de fondo, de repente he tenido la gran necesidad de estar en total silencio.
Ahora (dos semanas más tarde) ya se me ha pasado un poco… pero es cierto que no hablo tantísimo como antes, y ya no tengo siempre ruido/música de fondo. Ahora disfruto mucho del silencio (supuestamente porque me estoy escuchando más a mí misma)
Y la otra cosa que he notado claramente, es que siento mucha más necesidad de conectar con la naturaleza. Ahora lo primero que hago por la mañana es hablarles a mis plantas, me apetece mucho más sentarme en el suelo que en las sillas… Y llevo varios días que al salir de paseo, había un árbol al que me apetecía mucho abrazar (soy perfectamente consciente de cómo suena todo esto, ¿vale? Pero es lo que hay 😂😂😂).
El caso es que hoy casi me muero de risa cuando la otra chica que fue a la vez que yo, me ha dicho que ha empezado a meditar (yo también). Y que de repente le apetece tener muchas plantas, que ha puesto un huerto en la terraza y está cultivando tomates… y que no la tome por loca pero que les habla a las plantas y les acaricia las hojas para conectarse con ellas.
Me ha resultado flipante que estemos pasando por las mismas fases sin haber hablado entre nosotras.
Bueno. Ella todavía no me ha dicho que abrace árboles… Pero debe estar a un paso 😂😂😂.
Sandra, como me encanta que hayas vuelto a contar tus historias. La del succionador de clítoris también me la leí, porque yo tengo la teoría de que para entender a las mujeres hay que escucharos de vez en cuando. De hecho, cuando voy a la peluquería y tengo que esperar, entre el Cosmopolitan y las revistas de coches, elijo la primera (a mis años me da igual lo que opinen el resto), se aprende mucho.
Yo también abrazo árboles, ten cuidado con los pinos que tienen resina. El reiki, estoy buscando algún curso, pero meditación hago de vez en cuando y te deja una paz interior que da gusto.
Por cierto, me lo pasé en grande el verano pasado (éste mejor confinado) por la playas de Cádiz leyendo tu segundo libro. Eso sí, como la playa era familiar, a veces tuve que tapar las ilustraciones de la mirada indiscreta de algún niño ( la del sonido de la cigüeña por ejemplo)
Un besazo.
Para los amantes de las pequeñas cosas, estas se convierten en increíbles y parte de la personalidad de uno mismo. Pequeñas figuras, objetos de merchandising únicos y las series y películas pasan a formar parte de la personalidad.